Los menores son la parte más débil durante una ruptura y una vez producida ésta. Se da por hecho que existe mucha tensión para los padres, que se viven momentos de mucha dificultad a todos los niveles (emocional, familiar, económico, patrimonial, laboral, sentimental,…), pero habría que ir con mucho cuidado en determinados aspectos.
A continuación, seis formas de actuar con tus hijos que sólo contribuirán a su bienestar:
1. Potenciar y trabajar el respeto y el cariño hacia el otro progenitor.
Ha sido tu pareja, no la de tus hijos. Y lo que haya pasado entre vosotros, por mucho que te haya herido, no justifica ningún tipo de venganza que incluya a los niños de forma directa o indirecta.
2. No realizar comentarios negativos descalificando al otro progenitor.
La mayoría de padres y madres afirman con rotundidad que jamás hacen eso, pero desgraciadamente, también la mayoría, mienten. Otros directamente te miran como si estuvieses loco o fueses de otro planeta cuando les dices que eso no se debe hacer.
3. Dejar claro a los niños que ninguno de los dos progenitores es el culpable de la ruptura. Ni de forma directa ni indirecta.
Es algo muy importante para que no se vean obligados a tomar partido por uno de los dos, ni a etiquetar a uno como el bueno y al otro como el malo.
4. Dejarles claro que siguen teniendo un padre y una madre que les quieren, y que eso no va a cambiar.
Es muy importante asegurarles que podrán seguir viendo a ambos con regularidad pase lo que pase.
5. Ser buen padre/madre no es decir SI a todo.
Hay que saber decir NO. Los padres deben cumplir un papel de educadores, enseñar obligaciones y poner límites. Los niños necesitan liderazgo, e incluso autoridad en algunos momentos.
6. Los niños nunca deben decidir si convivirán con el padre o la madre, o con quien pasarán el fin de semana.
Son decisiones que desbordan sus posibilidades y son responsabilidad, única y exclusivamente, de los adultos que los cuidan.