Por las fechas en las que estamos y algunas llamadas que ya he recibido a estas alturas, merece la pena publicar un post que ya he publicado otras veces, con el fin de alertar de la necesidad a priori de consultar con un abogado especializado en Derecho de Familia para tirar adelante tu divorcio o la regulación de medidas tras ruptura de pareja de hecho.
Por muy de buen rollo que lo vayáis a hacer y por mucho que os hayan aleccionado amigos que ya han pasado por eso (sé de parejas que elaboraron sus convenios cogiendo trozos de convenios de diferentes conocidos), buscad cada uno un profesional especializado y que os asesoren bien. Eso no evitará poder llegar igualmente a un acuerdo. Pero sabréis realmente lo que estáis firmando.
Lo firmado ya es muy difícil que varíe en un futuro, en el que puede que te enteres de que los libros son gastos ordinarios y en principio se incluyen en la pensión, o que el progenitor que tiene la guarda no tiene mayor capacidad para decidir cambios de colegio y temas médicos respecto al otro progenitor, aunque sólo esté con él los fines de semana cada 15 días. O cosas peores. He visto cosas rarísimas como convenios que mezclaban pensión compensatoria con compensación económica por razón de trabajo, con las nefastas repercusiones fiscales que además puede tener algo así.
Parece que cada vez se da menos, pero los temas de familia han sido durante muchos años menospreciados incluso por muchos abogados, que lo han considerado “mocos y cuernos”. Como la asignatura María del ejercicio de la abogacía, en el plan de que un divorcio lo puede llevar cualquier abogado aunque se dedique a franquicias.
Luego están los “gestores”, que vienen a ser los cuñaos del mundo de la abogacía (con todo el respeto para ellos), que se ocupan de nóminas, temas de seguridad social, IVA’s etc… pero que no han ejercido desde que se licenciaron, y le dicen al que le llevan los números de su pequeña empresa, trae que eso del divorcio ya te lo hago yo.
Después vienen los disgustos.
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