El nuevo blog ya está más cerca. Sigo sin poder deciros exactamente cuando lo lanzaré pero no tardaré mucho.
Y es que es mucho más fácil empezar un blog desde cero que arrancar uno con más de 400 artículos publicados y pendientes de migrar. Es mucho trabajo el que debe hacerse y mucho detalle el que hay que cuidar, si además lo quieres ordenar en unas categorías que permitan sacar el máximo provecho. Todo ello compatibilizándolo con el trabajo diario que, precisamente gracias al tráfico del blog, no deja de aumentarme.
Para un blogger que publica a diario, un nuevo blog es como un nuevo juguetito. Estoy ansioso por tenerlo en mis manos. No será un blog perfecto principalmente porque no existe la perfección, pero también porque sólo podrá ser mejorable a través de su uso y sobre la marcha, una vez instalado. Sin estar en funcionamiento es difícil verle las carencias, los defectos, y saber la opinión de la gente que ayuda a ver cosas que a uno le han podido pasar por alto.
Algo que he aprendido en los últimos tiempos, y que me ha ayudado a darle un espaldarazo a mi carrera profesional, es que hay que acostumbrarse a convivir con el fallo, con el error, con la imperfección. Si esperase a que el nuevo blog fuese perfecto, no lo instalaría nunca. No lo acabariáis viendo. Tendré que ponerlo en funcionamiento un día de estos aún sabiendo que tendrá carencias.
El blog que salga será mejor que el actual. A mi me gustará. Seguro que tendrá defectos y a muchos no gustará. Tendrá cosas a mejorar que se iré mejorando en la medida de lo posible, y estoy seguro de que, aunque sólo sea por su orden, será más útil que éste.