Abogado de Barcelona experto en Derecho de Familia y Sucesiones
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Hoy No Me Felicitarás.

Esto mío de hoy, para mi padre.

Te gustaban los cumpleaños. Soplar velas y brindar era algo que te gustaba. 

Felicitabas efusivamente al que cumplía años, y te ilusionaba preparar el pastelito con sus velas y abrir la botella de champán para brindar por muchos más.

Me cuesta recordar algún cumple que no estuviese contigo y con la mama. Creo que en mis 48 años de vida no dejé de estar, aunque fuese un par de horas, un 17 de agosto con vosotros. 

Nunca busqué pasarlo con amigos o lejos de vosotros, porque no había nadie más importante. Esta tarde estaré con la mama. Por supuesto.

El 12 de junio de 2023 la vida pudo contigo. La propia vida al final se acaba imponiendo siempre. No sirve de mucho darle más vueltas.

En fin, que duro fue el final, ¿no? Sobre todo el último año. Nadie elige cómo se va, ni su deterioro, ni las circunstancias en que se produce.

Y por qué no decirlo: qué duros fueron los 3 ó 4 últimos años. El Alzhéimer de la mama rompió esa paz de siempre. Lo sacó todo de sitio. Era algo que no entraba en tus planes.

No fuiste el mejor padre del mundo. Tampoco yo el mejor hijo. Ni de lejos.

Veíamos la vida de forma muy distinta, y hubo épocas que fueron de auténtica guerra entre nosotros, sobre todo en la rebeldía de mi juventud, y con mi torpeza de pretender imponerte mis marcos y mis mapas mentales. Eso nunca se debe hacer con otra persona.

De lo que no tengo duda, es de que con más o menos acierto tu idea era siempre buscar lo mejor para mi.

Con el tiempo, los dos enterramos el hacha y cada vez nos respetamos más a pesar de nuestras diferencias.

Me quedo con el amor incondicional que me tenías. La preocupación por que todo me fuese bien por el simple hecho de que a una persona a la que querías le fuese bien. Sin esperar nada a cambio. Tu disposición a ayudarme en lo que hiciese falta.

Con todos tus errores (y los míos) lo único que te preocupaba era que yo estuviese bien. Y eso es auténtico amor.  A nadie le ha preocupado tanto mi bienestar como a ti. Me quedo muy huérfano sobre todo en ese aspecto.

Con todo, sé perfectamente que mis mejores cualidades (tenacidad, esfuerzo, sacrificio, trabajo incansable, … ) las tengo gracias a ti y son las que me permiten avanzar cada día. Es el mejor legado que me dejas y disfrutaré y me aprovecharé de ello hasta mi último día.  Lo poco o mucho que he logrado o logre en el futuro, será gracias a eso que tú me inculcaste. Es la base sobre la que he ido construyendo lo demás.

He querido aprovechar la repercusión y audiencia de mi blog para que el mayor número de personas posible sepa lo importante que fuiste (y serás) para mi. 

Para que las máximas personas posibles sepan que me siento afortunado del padre que tuve. Por suerte, eso ya te lo pude decir muchas veces personalmente antes de que te fueras, pero he pensado que merecías un reconocimiento con un altavoz mayor, y creo que este artículo era necesario.

 Me acordaré cada día de ti, pero sobre todo cada día 17 de agosto hasta que ya no esté.

Y procuraré estar bien. Haré todo lo posible para ello. Entre otras cosas, para que tú, allá donde estés, puedas estar tranquilo.

 

 

Imagen: Bing

 

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