Es muy importante que durante un proceso de familia, e incluso durante una negociación, mantenga bien informado a mi abogado de todo lo que está sucediendo y puede afectar a mi economía y patrimonio en general. Si recibo alguna herencia, me quedo en paro o encuentro trabajo, abro o cierro un negocio, cambio de vivienda, etc…
En ocasiones me he enterado de alguna de estas “novedades” dos o tres días antes del juicio sin apenas tiempo para reaccionar, replantear la estrategia, aportar la documentación necesaria para acreditar ante el Juzgado esta nueva circunstancia, o considerar el modo de proceder más adecuado. Eso por no recordar una vez en la que en la misma sala, me enteré de que mi cliente hacía un montón de meses que había dejado de pagar la pensión de alimentos fijada en medidas provisionales, y allí lo declaró con toda tranquilidad. En la vista del procedimiento principal, dando la justificación de que decidió no pagar “hasta que no saliese el juicio”, dijo. Una decisión que, obviamente, tomó de una forma totalmente unilateral y sin haberme comentado a mi nada de nada, a pesar de las diferentes conversaciones que habíamos mantenido en los días previos. Reconozco que era un caso un poco peculiar. Pero sirva de ejemplo.
En ocasiones el cliente piensa que es mejor callar ciertas cosas para ocultar capacidad económica, como el hecho de haber alquilado inmuebles de su propiedad o haber aceptado herencias, y decide no decirte nada porque pensaba que “total, el negocio va a nombre de mi mujer y la pensión la tengo que pagar yo”. Informemos al abogado de todas las novedades de nuestra vida económico – patrimonial – negocial y la de nuestro entorno, y dejemos que él, con sus conocimientos, decida cual es la mejor forma de actuar. Al fin y al cabo en estos temas la otra parte lo acaba sabiendo todo, y el no aportar toda la prueba posible sobre tu capacidad económica hace que las presunciones acaben jugando en tu contra en la decisión final.
