Isra García, Carlos Guerrero, Carlos Bravo, Jordi Estalella.
Apenas conozco personalmente a alguno de ellos, pero me han servido para dar un giro radical a mi vida profesional y personal en los últimos meses. Cada uno de una forma y con una intensidad distinta pero con aspectos en común. Podría extenderme mucho, pero básicamente he aprendido de ellos a ser proactivo en vez de reactivo. A buscar las cosas. A hacer. A actuar más y a quejarme menos. A convivir con el miedo, el rechazo y el fallo.
Ahora tengo el convencimiento de que las cosas pueden ser diferentes si uno se empeña y decide coger realmente el mando de su vida.
El primer día de junio me permite mirar atrás y ver un duro otoño e invierno. Una primavera donde ha empezado a salir el sol, y la llegada de un verano en el que espero verlo brillar con intensidad.
A quien lea esto y lo esté pasando realmente mal, decirle que se ha acabado ya ese mundo donde siempre van a estar ahí unos y nunca van a poder llegar otros. Que todo puede cambiar si se actúa, se prueba, se falla, se cae y se vuelve a hacer.
Cierro este el artículo transcribiendo parte del post publicado hace dos días por Isra García en su bog. Como siempre, impactando.
«(…) Nada de eso importa, porqué, nada de lo que digan o hagan debería evitar que te apasiones por lo que pretendes conseguir y entonces, donar toda tu ilusión en el intento, eso es algo que nadie podrá arrebatarte jamás.
El poder de un intento intrépido e insubordinado, compartido y vivido intensamente, que colisiona contra las creencias y reglas del sistema, tiene 100.000 veces más impacto que una idea aceptada y consensuada por el Statu Quo.»
Inténtalo.