Últimamente me he encontrado con personas que han llegado interesándose por mis servicios procedentes de despachos (de renombre además) sobre los cuales me han hecho comentarios del tenor “tardan en responder nuestras dudas y nos da la sensación de que pasan de nosotros”, “necesitamos un abogado que lleve el tema personalmente y no lo delegue en un equipo, que sepa de que va la historia y que esté implicado en el tema”.
El compañero Carlos Guerrero Martín, hacía referencia en su artículo diario de 17 de noviembre (dejo el enlace al final) a la moda de la abogacía artesanal entendida como una abogacía cercana al cliente en la que el abogado acompaña al cliente, participa en sus proyectos, le conoce, confía en él, se apasiona con él. Una abogacía emocional. Y si todo esto lo extrapolamos al Derecho de Familia, donde sensaciones y emociones están a flor de piel, pues que decir.
El Derecho de Familia necesita abogados cercanos, pasionales, emocionales, comprometidos e implicados. Y en este sentido los abogados que vamos “solos”, tenemos ventaja sobre los grandes – medianos despachos de abogados, dado que el riesgo de “dispersión” del mensaje, de la comunicación y el contacto directo y continuo es despreciable. Tenemos una sola voz. Está claro siempre a quien dirigirse. No hace falta que el cliente empiece cada vez desde el principio a contarnos la historia, ni será necesario que deba hacer memoria sobre si la última novedad del asunto la comentó a uno o a otro miembro del despacho. Podemos ser pequeños, y de pequeña estructura, pero bastarnos para dibujar ese círculo imaginario dentro del cual el cliente pueda encontrar la total serenidad de tener cubierta la necesidad de atención que busca.
«La Abogacía Artesanal Está De Moda». El Blog De Carlos Guerrero. www.carlosguerrero.es/2013/11/17/la-abogacia-artesanal-esta-de-moda/