El Tribunal Supremo considera que las relaciones de los niños con los abuelos son más necesarias que con otros parientes del entorno familiar, por su privilegiado grado de parentesco, dado que la personalidad se forma también entre las contradicciones que a veces se derivan de los planteamientos y opiniones de los parientes, siempre que revistan un carácter de normalidad.
Se trata de que los menores mantengan una relación de afectividad y convivencia con aquellos familiares más cercanos al progenitor con el que no conviven, de manera que puedan beneficiarse de su apoyo tanto material como emocional, permitiendo ello mantener vivo el sentido de pertenencia a una familia con todas sus características, siempre que se acredite que ello va a ser beneficioso para el menor.
No obstante, no es una relación que pueda equipararse al régimen de visitas que suele otorgarse a los padres o madres que no tienen la guarda, ya que los progenitores deben ser los referentes principales de los menores, siendo distinto el papel de los abuelos. En consecuencia, el contacto no debe ser de la misma amplitud.
La Sentencia dictada por la Sección 18ª de la Audiencia Provincial de Barcelona, en fecha de 23 de abril de 2013, considera que es suficiente establecer un período de permanencia de los nietos con los abuelos que logre los fines buscados para esa relación, como son el desarrollo integral de los menores, y la transmisión de valores de la familia por parte de los mayores, buscando siempre obtener la estabilidad del menor y considerando adecuado, en el caso de haber existido distanciamiento, un reinicio gradual de los encuentros.
La mencionada resolución establece un régimen de visitas entre una nieta y una abuela consistente en el primer domingo de cada mes de 12 a 17 horas, un día de vacaciones de Navidad (el día 28 de diciembre en el mismo horario), dos horas del día de reyes (de 18 a 20 horas) y dos fines de semana en verano (el primero de julio y el primero de agosto) desde las 17 horas del viernes hasta las 20 horas del domingo. Se señala que podría ampliarse el contacto si la niña llegase a un nivel de confianza y afecto importante hacia su abuela.
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