Ante una separación o divorcio se da por hecho que, en un 90 ó 95 por ciento de las ocasiones, la custodia de los menores será para la madre porque los jueces son así, y como son mujeres, pues claro, los niños para ellas.
Las primeras tres líneas de este escrito sirven de cómodo colchón a la mayoría de los hombres para no tener que mover un dedo por tener con ellos a los menores. Pero realmente: ¿se conocen las estadísticas en relación a la atribución de las custodias cuando desde un primer momento el padre y la madre luchan por ella? ¿a cuántos padres conoce cada uno de los que lea este post que hayan luchado activamente por la custodia de sus hijos, desde un primer momento en sus respectivos procedimientos de separación y divorcio?
No nos engañemos, la mayoría de los hombres (con una gran y muy respetable y admirable minoría) no quieren la custodia de sus hijos. El hombre todavía quiere llegar a casa después del trabajo, y no trabajar más. Y no se ven a las 9 de la noche en la bañera o en la cocina sino viendo a Messi en su pleno apogeo.
Muchos a toro pasado manifiestan su voluntad de querer recuperar la custodia cuando desde un primer momento se le otorgó a la madre porque él no hizo nada porque en aquél momento no cayó, o lo que sea. Pero claro, ahí ya si que es difícil dado que deben darse circunstancias muy excepcionales para que la custodia le sea retirada a uno de los progenitores cuando ya la tiene, pero no porque se sea hombre sino porque al defenderse siempre el interés superior del menor estos cambios se utilizan a modo de último recurso.